Tu cuerpo sobre el mio

Sé que no pides consejo a nadie
porque corres el riesgo de que alguien te diga la verdad.
Vives esperando un volantazo del destino
harta de echar menos el cuerpo al que renunciaste.
Entonces ignorabas que esto pasaría
y que echar de menos es renunciar al presente.

El día pasará y la vida seguirá,
ganarán los mismos
perderán los de siempre
y quizá, si eres paciente,
si dejas de correr -y te perdonas-
la vida deje de ser ese autobús
que se escapa justo cuando llegabas a la parada.